
Pere mas conocido como Superlópez, fue integrante del equipo de asistencia.
Primera persona de la peña que conocí, con la que he tenido grandes momentos en el templo, en una Jean Bouin que compartimos durante varios kilometros y de la que guardo un gran recuerdo.
También hay que decir que es un poco “cabroncete” y liante de los que le gusta pinchar y buscar las cosquillas, evidentemente en plan cachondeo y no a malas (eso creo :P)
La verdad es que es una gran persona en un bote pequeñito, un grande.
Os dejo con sus impresiones sobre la onco.

Desde la distancia
Dicen que la historia la puedes valorar una vez pasado un tiempo, y que para admirar y disfrutar de un buen cuadro te tienes que situar a una determinada distancia.
Y esta es mi realidad respeto la ONCOTRAIL. Pude seguir la prueba a cierta distancia, como miembro del equipo de apoyo. Miembro con minúscula, porque el APOYO en mayúscula fueron los Srs Martin, el gran Ovi el Disperso, mientras que Cristina y el Eladi, en Pere Vic , la Dori y yo mismo hacíamos una tarea más discreta.
Pero esta distancia a lo largo de toda la prueba me permitió valorar el esfuerzo que significa, los lazos que se establecen a los equipos, como todo el mundo saca lo mejor de sí mismo, como se gestionan de la mejor manera posible las trabas físicas, deportivas o personales, como actuaciones individualistas se diluyen dentro de la dinámica positiva del equipo. Yo veía las caras de nervios y responsabilidad al inicio de los tramos ( sobre todo si alguien se había dejado el dorsal y tenía que ir deprisa a buscarlo … ) y veía las caras de alegría y joya al acabar el tramo. Una alegría no por haber acabado un tramo, si no por haber superado un reto personal, para encontrarse con el relevo y para empezar a pensar en el nuevo tramo. Al coche se rememoraban las anécdotas sucedidas a lo largo del tramo y lejos de cualquier signo de cansancio se empezaba a preparar la táctica del nuevo tramo. Tanto era al principio, como en medio de la noche o al final. Siempre el mismo ritual, cierta desazón al principio y alegría final.

Y desde la distancia fui un privilegiado de poder disfrutar de la llegada. Vosotros llegasteis a meta, pero yo os vi llegar, vi como saltabais al entarimado poniendo en riesgo su integridad y de retruc la vuestra, vi los abrazos y algún llanto mal disimulado, incluso diría que sentí algún “ Gallego quédate, Gallego quédate “ …
Fui espectador del magnífico espectáculo que habíais dado, espectador de lujo, de anfiteatro de Sarriá ( nunca he visto el fútbol como desde allá ), y por eso solo puedo decir que gracias y que sois tod@s mucho, mucho y muy grandes.
Ah, y que me apunto a la próxima. De espectador privilegiado de nuevo !!!

Pere Ros.
Equip D’assistència.