
Enric tambien conocido como Metxacurta, porque siempre estalla rapido.
Pero no os engañéis ahí donde parece un león no es mas que un gatito con un corazón enorme, cierto es que siempre puedes contar con el para lo que haga falta y no falla.
Gracias a el también, como patrocinador tanto por la ayuda económica como por los regalitos que nos hace para hacernos la Onco como en el día a día.
Una persona mas que entra en tu vida y no quieres que salga nunca, muchas gracias por ser como eres.
Veamos cual es su relato de la Onco.

Qué se puede decir de una experiencia que te marca por siempre jamás. Intentaré ser breve y explicar el por qué?, el como? Y el cuándo?
La primera noticia que tengo de la Oncotrail viene de Roser, la capi, que me hace 5 céntimos de su experiencia y rápidamente siento que quiero ser parte. Empezamos a barrenar la idea de hacer un equipo de pericos y ostia, salen 2. Nuestro nexo, ser pericos, las ganas de hacer algo nuevo (en mi caso, salir absolutamente de la zona de confort) y por encima de todo, un reto solidario luciendo nuestros colores.
Recuerdo el primer encuentro en el Splau, las presentaciones, pues yo casi no conocía a nadie y rápidamente conectamos, a continuación, animarnos al planificar los entrenamientos. Qué desazón. Primera prueba, hacia Montserrat, que faltaba gente. Ya allá, me di cuenta que más que compañeros, seríamos familia. Qué ganas, cuánto de optimismo y solidaridad en todos y cada uno. Todavía ahora recordamos las anécdotas, los sobrenombres que nos fuimos poniendo, las ganas de repetir, ya estábamos en modo “cursa” y poco a poco, ya en verano, más entrenamientos colectivos, el arroz de Pals y poco a poco, ya estábamos todos. Recuerdo la ilusión de la camiseta, empezándola a lucir en todas partes, la presentación en sociedad de todos y cada uno de los miembros de los 2 equipos y de los equipos de apoyo, los esfuerzos para lograr la mayor cantidad de dinero por una buena causa y poco a poco, ya somos en octubre. Tic, taco, tic, taco la fecha ya ha llegado..

La Oncotrail desde dentro, ya son palabras mayores. La noche antes, encuentro y cena colectiva, todos neguitosos, lo tenemos todo?, lo haremos bien? Comprobaciones de última hora, mirando que todos lo lleváramos todo. Ahora ya va en serio. Ya tenemos los dorsales y a intentar descansar, pues al día siguiente toca sufrir y disfrutar.
Todos ya sabemos los tramos que tenemos que hacer, una “currada” inmensa de los capis para tenernos a todos contentos y motivados y bien temprano empezamos el reto. Recuerdo como me pasó volando, las conversaciones con los compañeros, las ganas de ayudarnos unos a los otros, el sufrimiento colectivo por los compañeros que en cada tramo estaban participando, el trabajo incansable de los equipos de apoyo, la organización, como un reloj, como poco a poco, se va haciendo por la noche, lo empezamos a saborear, lo tenemos a tocar, últimos tramos, el cansancio no está, solo las ganas, la ilusión por el reto logrado y por fin, llegamos, los compañeros recibiéndonos, empezar a saltar y brincar como corzos, casi derrumbando el techo de la plataforma mientras reíamos, bailábamos y cantábamos. La felicidad absoluta tiene que ser algo muy parecida en este momento que todos recordamos como si fuera hoy mismo. Y ya sentados, ante el bocadillo de butifarra, un compromiso firme, volveremos. Por desgracia, este 2020 no nos ha permitido repetir, pero todos tenemos en mente la fecha del 2021.
La oncotrail nos espera de nuevo, a buen seguro no será la misma experiencia, la primera vez seguro que es irrepetible, pero sin duda, nos reservará momentos para recordar siempre.
Y para acabar, solo dar las gracias a todos los que lo hicisteis posible, compañeros y patrocinador, sin vosotros no hubiera podido ampliar mi zona de confort ni lograr un reto bestial. Y también agradeceros el sobrenombre que me define muy bien, metxacurta, me siento plenamente identificado. Y siempre, siempre, siempre, con vosotros, hasta donde haga falta.

Enric Sorribas.
Equip 16.