
El momento culminante de cualquier carrera de atletismo seguramente es la llegada a meta. Los amantes de este deporte sabemos que detrás de ello hay mucho esfuerzo, ilusión, constancia, sacrificio, molestias y un largo etcétera que nunca acabaríamos de nombrar.
Esto podría ser la visión (y realidad) de todos los atletas, ya sean populares o profesionales. Pero afortunadamente en diciembre de 2019 (meses antes de que nos cambiara la vida y la forma de practicar este deporte con la llegada del famoso virus) añadí (y sume… o mejor aún, multipliqué) a los adjetivos descritos anteriormente algo mucho más importante: representar un sentimiento. Ese lejano mes de diciembre tomé la decisión de unirme a la Penya Runners Espanyol.
Y al tiempo empecé a arrepentirme. Pero que no cunda el pánico. A arrepentirme de no haber formado parte de esta “familia” perica antes. Gente maravillosa que desprenden españolismo puro y duro, un binomio imposible de superar. Es una pena que la pandemia no permita conocer a la mayoría de los miembros de la Penya, pero tiempo habrá.
Porque no importa la posición clasificatoria sino el camino para llegar a meta y con quien lo quieras compartir
Mientras tanto seguiremos entrenando y sumando km’s esperando que llegue pronto el momento “soñado” de volver a cruzar el arco de meta señalado y besando lo que más queremos, nuestro escudo. Porque no importa la posición clasificatoria sino el camino para llegar a meta y con quien lo quieras compartir… Y yo no tengo dudas, con los Runners Espanyol y con el plus de “representar” todos juntos este bonito sentimiento.
Porque a los que formamos los Runners Espanyol nos une un gran sentimiento (blanquiazul, por supuesto) y una bonita pasión, el deporte y el atletismo. Pericos, volveremos a compartir asfalto y grada… Y que sea en Primera! No surrender!