Después de leer el artículo del Isma y también el de Ricard, me gustaría explicar cómo me ha afectado en mi caso, que casi empieza en el mismo punto, en la media del Mediterráneo, donde también hicimos nuestras mmp, en mi caso fue a la carrera de 5k con mi hijo Bruno, donde él hizo 25:05 y yo 26:33, si no hubiera sido por él no habría ido a correr, quizás ni hubiera entrenado en toda la semana, puesto que ese lunes me despidieron del trabajo, donde ya se estaban preparando por lo que se nos venía encima y con 46 años te ves en un punto donde la vida se te hace bola y de lo que menos ganas tienes es de hacer deporte. Preparé la carrera y mientras entrenaba mi jefe no pensaba en mi situación y durante la carrera pude correr con Bruno 4k viendo como el último km echaba con todo y su cara de satisfacción cuando le colgaron la medalla de finisher (cosa que tendrían que hacer a cada carrera) me hizo no pensar.

Después de la carrera, mientras esperábamos a los otros compañeros de las carreras mas largas, aprovechamos para hacer un masaje y recuperar fuerzas, aquel rato con él, después con el resto de compañeros, explicando cómo le sacó mas de un minuto a su padre en el último kilómetro, fotos y risas.
Al llegar a casa tomé la decisión, no abandonar y salí a correr hasta que nos confinaron.

Los días cerrados en casa fueron los mas duros, entrevistas de trabajo que se cancelaban, ahora la cosa no está para contratar a nadie, y yo no me quería venir abajo, aunque alguna noche me desperté gritando, así que improvisamos un gimnasio a casa, volver a sacar el polvo a la elíptica, la bicicleta al rodillo, los videos de estiramientos de la Roser, YouTube y los planes de entrenamiento de la aplicación de Nike training. Dos o tres sesiones de entrenamiento al día, perder grasa y ganar músculo.
Por fin el 2 de Mayo nos dejaron salir a hacer deporte:

Y allá que fui por la noche con calma y controlando mucho el N.E.F. (No Te Flipes) dos meses después podía volver a correr, salir a la montaña y retomar el ciclismo, que con las sesiones que llevaba de rodillo me volvieron las ganas de salir con la bicicleta.

Así pasó la primavera, hasta que en verano encontré trabajo con un horario que me permitía seguir con el deporte. Me he inscrito a varías carreras virtuales, para tener objetivos a corto plazo y he ido viendo como cada día era algo menos lento. He hecho una carrera presencial y no me gustó, muy bien organizada, todo muy seguro, pero ni era mi hijo, ni erais vosotros para recibirnos a la llegada. Ahora estoy inscrito con Bruno a otra, pero él no la podrá hacer y yo sin él no quiero hacerla.
Mientras escribía estas líneas hablaba por Whatsapp con unos compañeros a ver si ellos se animan de cara a finales de año a hacer una carrera juntos y si no los “engaño” yo tampoco iré.
Y así sueño las cosas, no os desaniméis, que después de cada noche vuelve a salir el sol.