¿Compito o entreno?

Son muchos los corredores que salen a correr simplemente por salud, siendo sus salidas simples rodajes sin más pretensión que el de hacer ejercicio y sentirse bien. También son muchos los que lo hacen esporádicamente unos pocos días al mes. Este tipo de corredor no compite. Solo se ve su participación en populares normalmente en eventos muy señalados y normalmente muy masivos de participación si vive en una gran ciudad, o en aquellos que coinciden con fiestas patronales o como un casi un evento social, si reside o veranea en una localidad más pequeña.

Delante de este corredor ocasional, nos encontramos con el corredor habitual. Este, por el contrario, suele tener en mente la competición popular, sea un 10K, una media, una maratón o cualquiera de los trail de montaña que semana tras semana conviven en el mundo de las carreras populares.

La competición como veíamos en el artículo anterior lleva aparejada la realización de un día a la semana de un entrenamiento más intenso que lo que son los rodajes lentos y a ritmo confortable. Sin embargo, este entrenamiento más intenso requiere de una planificación más precisa y compleja que un simple rodaje en donde nos ponemos las zapatillas y salimos a correr un tiempo determinado (el que sea), o que salir un rato en función de como me encuentre hoy o del tiempo que disponga para salir a entrenar.

Como la planificación de un entrenamiento intenso necesita cuanto menos un poco de imaginación, y, sobre todo un criterio para saber que es el objetivo de este entrenamiento y la forma en que el metabolismo actúa sobre el organismo, son muchos los corredores en su lugar cambian el entrenamiento más intenso por el de una competición el fin de semana.

Es entonces cuando siempre sale el comentario del corredor que dice que “yo entreno compitiendo”, o lo que es lo mismo, yo me tomo las competiciones del fin de semana como un entrenamiento intenso que me permite ir mejorando en mi estado de forma.

¿Es cierta la anterior afirmación? ¿Puedo considerar la competición como un entrenamiento?

Pues como casi todo, depende. Depende de lo que entendamos por competición y de como el atleta afronte esta. De entrada, la respuesta es que es totalmente desaconsejable competir cada fin de semana o realizarlo de forma muy habitual. Veamos el porqué.

Cuando competimos realizamos normalmente un calentamiento para preparar al organismo a una demanda mucho más exigente de esfuerzo y para paliar el déficit de oxígeno que se producirá en los primeros minutos de la competición. Una vez dada la salida, empezamos a correr de forma más o menos controlada, pero todos sabemos que bastante más rápido de lo que lo haríamos en un simple rodaje aeróbico. Con esto las pulsaciones se disparan hasta que al cabo de unos dos o tres minutos alcanzan un nivel estable, que puede ir subiendo a medida que pasan los kilómetros, pero ya de una forma muy suave. Para aquellos a los que les gusten las matemáticas, digamos que tenemos una curva logarítmica.

Si nos fijamos en la gráfica casi seguro de que estaremos corriendo en zona 5 de Garmin (90-100% de pulsaciones) durante la práctica totalidad de la competición si estamos hablando de un 5K o 10K que son las pruebas más habituales y que sirven para ilustrar este ejemplo.

Por su parte, la zona de actuación de lo que debería ser un entrenamiento de tempo running, threshold o rodaje controlado está en el límite de Z3 y Z4.

Dependiendo de la zona de pulsaciones, el trabajo realizado es diferente. Esto ya nos lleva a una primera diferencia que tiene como consecuencia que no se van a obtener los mismos resultados después de un entrenamiento o de una competición.

Para poder ilustrar lo anterior y ver las consecuencias de una competición, veamos una gráfica de estado de forma y fatiga de un corredor que proporciona en este caso el reloj Suunto.

Como ya sabemos, tras un entrenamiento o carrera nuestro nivel de fatiga aumenta después de la actividad (picos de la primera gráfica) y disminuye (valles en la primera gráfica) en el periodo de recuperación.

Ahora observemos la gráfica y muy en especial paremos atención a la línea de color granate. Este corredor realiza una competición de 10 Km con fecha 10 de octubre.  Es en ese punto, y como consecuencia de la competición que sus niveles de fatiga se disparan y el nivel de forma (gráfica inferior) baja como consecuencia del esfuerzo realizado de una forma muy considerable.  En los días posteriores, el corredor realiza un entrenamiento suave de recuperación, con un rodaje controlado para ir recuperando el nivel de VO2max, con lo que los niveles de fatiga van disminuyendo y el nivel de forma va aumentando progresivamente.

Ahora pensemos en que este mismo corredor hubiera hecho en esa semana posterior, rodajes como normalmente la mayoría de los corredores hacen, entre 20 y 40 segundos de la marca de 10 K y que el 17 de octubre, una semana después de la competición, se hubiera apuntado a otra popular. No es muy difícil imaginarse que la gráfica de fatiga hubiera vuelto a subir y probablemente superado los niveles de fatiga de la semana anterior. Si este proceso de competición y fatiga lo realizamos semana tras semana es fácil de comprender que vamos camino del excesivo stress del organismo que puede llevar a escenarios de sobre entrenamiento y con un aumento del riesgo de lesión.

En estos momentos de la lectura, se puede estar pensando que hablamos de un corredor popular, probablemente con limitaciones para la carrera y que, en otros casos, esto no necesariamente tiene porque ser así. Desde estas líneas, se invita a pensar lo que sucede con los atletas profesionales y la frecuencia con la que compiten y, sobre todo, cuando están en temporada de competición, cual es la evolución de sus marcas y como siempre a final de temporada sus marcas son sensiblemente inferiores.

Se tiene que conocer que, durante la competición el trabajo mitocondrial es tan intenso, que el VO2max, disminuye después de cada competición, es decir que nuestra capacidad de resistencia aeróbica disminuye, por lo que tenemos que dar tiempo a recuperarla en posteriores días con la combinación de recuperación y sesiones de entrenamiento orientadas a ello. Si no hay tiempo suficiente para lo anterior, nuestro VO2max irá disminuyendo progresivamente y así mismo lo harán las marcas. Esto explica por qué muchos corredores populares que compiten cada semana no ven una progresión en sus marcas y en la mayoría de las ocasiones tienen un retroceso a lo largo de la temporada; alcanzan un pico, que suele estar al mismo nivel que en temporadas anteriores y a partir de ahí van poco a poco haciendo peores marcas hasta el final de la temporada

Por lo visto hasta ahora, la gestión de la competición es fundamental para el rendimiento deportivo y la salud en general. El corredor debería gestionar y seleccionar muy bien a las populares que acude, dando como pauta general la de un 10K al mes, dos medias maratones por año y máximo una maratón anual tanto por aspectos metabólicos como esquelético-musculares.

Existe una excepción a todo lo anterior, que se puede utilizar puntualmente y para lo que se tiene que ser muy racional. Esta no es otra más que la de apuntarse a populares para rodar a tempo running y así entrenar el umbral de lactato, o lo que normalmente se conoce por salir a hacer una rodada rápida o alegre en carrera, pero no salir a competir realmente. De todas maneras, esto se podría utilizar de una forma muy limitada dado que tendríamos que combinar pruebas de 5K y 10K y tendríamos que ir solo una parte de la prueba a este tiempo umbral para evitar el excesivo cansancio.

Con todo esto, a la pregunta del enunciado vale la pena concluir que competir no es entrenar y que el exceso o densidad de competiciones conlleva una serie de contras tales como aumento de la fatiga, riesgo de lesión y un potencial sobreentrenamiento con todas las consecuencias que esto acarrea. Todo lo anterior, aparejado a un estancamiento en las marcas.

Realmente, este es un aspecto de reflexión para todo corredor.

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1 comentario en «¿Compito o entreno?»

  1. Pues así me lo tomo un poco yo, por circunstancias familiares me es complicado planificar entrenos y si puedo apuntarme en alguna carrera cerca de casa me lo tomo como un entreno, eso sí sin mirar crono y moviéndome por sensaciones.

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